NANAS
Y ARRULLOS
Lo
que de manera más natural se recrea en la familia y en la comunidad son las
nanas, arrullos, los juegos de palabras, los cuentos orales contados a la luz
del hogar, la literatura infantil lo recrea, se hace cargo de recoger esa
tradición, reelaborarla y entregarla de nuevo a los niños, han sido el método
elegido por los padres para intentar que sus hijos se duerman y descansen. El
niño que vive en contacto con la música aprende a convivir de mejor manera con
otros niños, estableciendo una comunicación más armoniosa. A esta edad la
música le encanta. Les da seguridad emocional, confianza, porque se sienten
comprendidos al compartir canciones.
Ay,
mi amor. Nanas y arrullos de Colombia, es uno de los ejemplares más reconocidos al
transcurso de la historia brindada por la autora Pilar Posada[1] hace una entrañable
recopilación y adaptación de las canciones que a lo largo y ancho de Colombia
han ocurrido a la hora de dormir a los más pequeños de nuestra generación en
generación. Las nanas y arrullos, son una entrañable y reconocida prueba que lo
que Pilar Posada reúne dentro de su libre es una efectiva formula a la hora de
dormir los niños, este CD contiene 39 melodías infantiles colombianas como:
Canciones de amor para arrullar, nanas, coplas, versos indígenas entre otras.
De
la misma importancia las nanas y arrullos marcan la historia de vida de los bebés
propiciando un primer acercamiento a la literatura. De acuerdo con el psicoanálisis, de los 0 a los 2 años los niños
necesitan estímulos lingüísticos relacionados con el sonido, el ritmo, la
música, el canto, el juego y la expresión corporal. El
canto es también el primer paso para acercarse a la literatura. Cantar es una función natural y no hay
que ser un experto para hacerlo, solo basta el deseo de transmitirles mucho
amor a nuestros hijos, mediantes las nanas, los cuentos, el susurro, y
los arrullos son actos comunicativos innatos entre los padres y los niños en
sus primeras etapas de vida y tienen una importante carga
afectiva que ayuda a acercar a nuestros niños al mundo que los acoge y les da la bienvenida. .[2]
Finalmente
Cantos y rimas suelen transmitirse de generación en generación de forma
intuitiva: son
fruto de lo escuchado desde la cuna y la infancia. En repetidas ocasiones de la vida
regresan a nuestros oídos como un murmullo que llega con el viento; cuando
vemos el mecer de un bebé en brazos de mamá que es arrullado en un continuo ir
y venir, envuelto en la sonoridad del canto y el movimiento, y se convierte en
una danza de coros y palabras que logran envolver al bebé en el sueño profundo
En el proceso de iniciación a la lectura desde el entorno
familiar, el canto es un gran aliado pues con él se genera un intercambio emocional profundo y se
fomenta el goce estético por la literatura transmitida a través de la sonoridad
del canto. Así mismo, las rimas, los cuentos y la poesía integran esa tradición
oral que durante muchos años ha sido parte de la crianza de los niños y ha acompañado la entrada al sueño,
la comida, el baño, como un cariñoso beso y abrazo afectivo, rítmico y poético
El acercamiento a la lectura se inicia desde la familia a
partir de un acto natural como lo es cantarle a un bebé para calmar su llanto, mientras amamanta, para que logre
conciliar el sueño o para expresarle afecto. La sonoridad y la rima hacen parte
de la vida desde el nacimiento y el palpitar del corazón es una prueba de ello.
La vida es música, canto y poesía.[3]
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